Formalmente queda verano, aunque para nosotros ya ha pasado; quedan atrás los atardeceres en la playa, las horas de piscina, los días sin reloj, el no saber dónde he dejado el móvil… Han sido unas vacaciones estupendas, adaptadas a la edad de los niños y aprovechando el tiempo al máximo para estar con ellos. Los noto contentos y agradecidos por ese espacio que le hemos regalado.

Con septiembre han comenzado las rutinas. Nuestra estrategia está basada en hacer los cambios progresivamente y compartiendo cada paso con ellos. Para Mingola (3 años) será el primer año en colegio y para su hermano (20 meses), el primer año en la escuela infantil.

El verano ha sido loco, apenas hemos estado en casa y necesitábamos instalarnos definitivamente. Nos ha llevado unos días adaptarnos, sobre todo asimilar un nuevo modelo de sueño: a dormir en la camita y cada uno en la suya. Así, en espanglish:

Bye,-bye

Hemos ido poco a poco haciéndonos con el espacio: decorando, jugando, contando cuentos, ahora me acuesto en esta camita, ahora en la otra… Sin traumas. Es cierto que la primera noche el peque entró en un bucle “carro, calle, paseo…” que parecía no tener fin, pero Mingola estaba súper ilusionada y tranquila; era una cambio que ella pedía. Una semana después, sin llantos ni gritos, cada uno pasamos la noche en nuestra cama hasta la mañana siguiente. Increíble después de cuatro años dando vueltas sin dormir cuatro horas seguidas; con dos hijos moviditos, una cuna apenas estrenada y mucho sueño acumulado. Nuestra etapa de “colecho puro” ha pasado, entramos en la de “colecho eventual”, porque eso de dejarlos llorar para que se acostumbren, no es nuestro estilo. Creo que entre todos hemos creado un ambiente sereno, esta lámina que decora una de las paredes de su habitación lo dice todo:

nsn

En estos años de crianza, he aprendido que los cambios hay que afrontarlos con naturalidad y sin miedo.

Ya hemos pasado una fase. A partir del lunes comenzaremos las adaptaciones a la escuela. Afronto el momento con ilusión manifiesta y con vértigo contenido. Me planteo muchas cosas estos días y pienso en los modelos de familia, en la conciliación y todas esas cosas que son tan verdad como los reyes magos. Seguiré escribiendo para guardar algo de cordura.