Pasada la presión y la opresión en el pecho tras los primeros años de crianza, comienzo a disfrutar de un tremendo sentimiento de «Orgullo de Madre» que saca de paseo a mi yo más vanidoso. Casi cuatro y dos años tienen mis hijos y comienzo a desprenderme de frases hechas y complacientes que nos solemos decir entre madres para quedar bien entre nosotras.

Me siento orgullosa de sus tiempos, de sus ritmos, de su lenguaje, de sus sueños, de sus rabietas, de sus sonrisas; de su adiós a los pañales, chupetes, tetas y biberones; de su bienvenida a nuevas etapas y conquistas;  de sus abrazos, de sus besos, de sus juegos, de sus riñas; de sus miradas, de sus reflexiones, de sus miedos…. Hace días que me acompaña un gran sentimiento y he decidido celebrarlo.

OrgulloMadre